Los vecinos llenaron la plaza del Concello para saludar a sus majestades
Á. PALMOU | La Voz de Galicia
Como si de estrellas del rock se tratasen, los Reyes Magos volvieron a llegar ayer a Carballo a lo grande, como protagonistas de una nutrida y colorista comitiva que recorrió buena parte del casco urbano repartiendo ilusión y caramelos antes de realizar su entrada triunfal en la plaza do Concello, donde una multitud de niños los aguardaba con expectación.
Ni la lluvia quiso empañar una visita que provocó que comerciantes y vecinos dejasen también por unos momentos sus quehaceres habituales -y las compras de última hora- para saludar a sus majestades de Oriente. Todos pudieron llevarse algunos de los caramelos con los que ellos y sus pajes fueron endulzando las calles de la capital bergantiñana, y que una improvisada brigada juvenil de juvenil -con algunos adultos infiltrados- se encargó de recoger a su paso. La iglesia de San Xoán, donde fueron recibidos por el párroco Xosé García Gondar, fue la penúltima parada de los Reyes y de su séquito antes de adentrarse en una abarrotada calle Coruña y llegar a la plaza para ocupar los tronos colocados en la entrada del Concello.
«¿Portástesvos ben?», preguntó el rey Gaspar -que ejerció de portavoz del trío- tras anunciar que llegaron a Carballo «desde moi lonxe», pero cargados de regalos y dispuestos a recoger aún las cartas de los más rezagados, que hacían cola para acercarse a ellos y explicarles que sí, que habían sido buenos y que lo van a ser también en el año que ahora empieza.
Los juegos y bailes para los más pequeños, que se desarrollaron durante buena parte de la tarde en la carpa instalada delante del Concello contribuyeron a animar la espera por sus majestades, que tuvieron tiempo también de visitar el resto de la Costa da Morte.
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