"Aquí no centro pasa o día case sen que un se dea de conta"

LA VOZ DE GALICIA

Al larachés Manuel Graíño Castro ni la diabetes, ni el parkinson, ni las ocho veces que pasó por quirófano le han quitado las ganas que tiene de vivir y de disfrutar del tiempo al máximo. Por eso, en lugar de quedarse en su casa de Paiosaco se desplaza todos los días al local que tiene Cáritas en Berdillo para participar en todo tipo de actividades con sus 16 compañeros.

«Gústanme moito os traballos manuales. Aquí no centro pintamos e facemos de todo. Pasa o día case sen que un se dea de contra», asegura el octogenario, que se muestra partidario de cuidar la salud en la medida de lo posible. «Non bebo, nin fumo, o único que levo un pouco mal é o do réxime, porque sonche algo larpeiro», añade con una sonrisa.

Su vitalidad sola la superan sus profundas convicciones socialistas. No en vano, fue uno de los fundadores de la agrupación local del PSOE en A Laracha y, aunque su partido no esté pasando por un momento especialmente dulce, él «a estas alturas» ya no piensa cambiar de ideología.

Manuel, que fue emigrante en Venezuela y lleva nueve años viudo, recuerda con especial cariño el comercio que regentó en Paiosaco durante 35 años. «Estabamos abertos ata as once da noite e a nosa porta non tiña fecho. Se había unha morte ou calquera cousa e viña xente de Soandres, de Monteagudo ou de eses sitios por aí, levantabamonos e despachabamos», relata.

Su decisión de acudir cada día a Berdillo no se debe a la falta de ocupaciones, ni a que su familia lo dejase de lado, porque tiene un hijo y una nuera que lo visitan con asiduidad y otras quehaceres en Paiosaco. «Antes de vir [al centro], estaba cos veciños no Campo da Feira ou ía para o supermercado de meu sobriño a darlle leria, pero aquí estou máis cómodo. Desaiuno, como e merendo. O único que me pesa é que non me veña buscar o 065 porque a este xente, que vive de donativos, sáelle moi caro traerme todos os días», concluye.